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Representación Diplomática ante Santa Sede presentó película sobre legado del coronel Arturo Castellanos

La Embajada de El Salvador ante Santa Sede conmemoró, recientemente, el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial con la presentación de la obra titulada “El Rescate: un film-concierto”, de los productores Álvaro y Boris Castellanos, en la emblemática Basílica romana de Sant’Antonio al Laterano,

El evento, enmarcado, además, en el Jubileo 2025 “Peregrinos de la Esperanza”, presentó este cortometraje con un concierto simultáneo en vivo, para rendir homenaje a la figura y al legado del diplomático salvadoreño Coronel José Arturo Castellanos (1893-1977), quien ha pasado a la historia como héroe del Holocausto, por salvar la vida de millares de familias judías al emitirles certificados de nacionalidad salvadoreña, cuando ostentaba el cargo de cónsul general de El Salvador en Ginebra.

El acto protocolario fue presidido por la embajadora de El Salvador en Santa Sede, Anabella Machuca; el rector magnífico de la Pontificia Universidad Antoniana, reverendo padre Agustín Fernández Vidales.

De igual manera, contó con la presencia del presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, S.E.R. monseñor, Salvatore Pennacchio, y del representante de la secretaría de Estado de la Santa Sede, monseñor Francisco Javier Diaz Tenza, quienes dieron mayor realce al evento.

Durante el evento, la embajadora Machuca afirmó que Castellanos fue un ejemplo de integridad y coraje moral que honra la esencia de la diplomacia al servicio de la humanidad, y que “su actuación respondió a una profunda convicción ética orientada por nobles sentimientos de compasión, respeto a la vida, solidaridad con el prójimo y defensa de la dignidad humana”.

También afirmó que “no tenía armas, ni ejército ni poder político, solo un corazón dispuesto a actuar, incluso a riesgo personal”, siendo un ejemplo para todos quienes desempeñan funciones públicas o diplomáticas.

Por su parte, el rector magnífico se refirió al aporte del arte para contar una historia tan humana como verdadera, destacando los valores de la valentía y la solidaridad del diplomático Castellanos en tiempos extraordinarios de guerra.

Asimismo, asistió Ruth Castellanos, única hija sobreviviente del diplomático Castellanos, quien dio un mayor realce al evento.

La obra es una experiencia cinematográfica y musical innovadora, que combina la proyección de un documental con elementos biográficos del diplomático salvadoreño, montajes visuales y testimonios de los descendientes de los rescatados, con un concierto en vivo de música de la época, que proporciona un magistral efecto ambientado en la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo aflorar fuertes emociones entre los presentes sobre el humanismo de la misión de Castellanos.

El evento, además, recordó el llamado del Papa León XIV sobre la necesidad de promover una paz “desarmada e desarmante”, con actos de humanidad concretos, valientes y éticos, por lo que en el mundo actual, lleno de crisis y conflictos bélicos, el ejemplo del diplomático Castellanos adquiere relevancia.

Su legado fue reconocido en 2010 al nombrársele “Justo entre las Naciones” por Yad Vashem, máxima autoridad para los estudios del Holocausto, y su nombre -y el de El Salvador- viven hoy en una calle de Jerusalén.

El evento contó con una concurrida audiencia de más de un centenar de personas, entre las que figuraron autoridades vaticanas y de la Orden de Malta, miembros del cuerpo diplomático, organizaciones pontificias, académicas, instituciones italianas amigas y miembros de la comunidad salvadoreña en Roma, quienes se manifestaron conmovidos por la historia del diplomático salvadoreño, reconociendo el aporte histórico de la diplomacia salvadoreña al mundo.

José Arturo Castellanos, originario de San Vicente, El Salvador, se formó en la carrera militar, alcanzando el rango de coronel. Posteriormente pasó a la carrera diplomática, sirviendo como cónsul general de El Salvador en las siguientes localidades: Liverpool (1937); Hamburgo (1938); Ginebra (1941-1945).

Durante el ejercicio de este último cargo, en plena Segunda Guerra Mundial, decidió emprender la audaz hazaña de salvar la vida a su amigo de origen judío, George Mandel-Mantello, empresario en Hungría, otorgándole el cargo de primer secretario en el Consulado y certificado de nacionalidad salvadoreña.

Ambos extendieron certificados de nacionalidad salvadoreñas a judíos residentes en distintos países de la Europa ocupada para rescatarlos de la persecución nazi. Con esta acción salvaron alrededor de 40 mil judíos.

Publicado el 01-07-2025.

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