Marcos Chávez es agricultor de Las Pilas, Chalatenango, su tierra natal y donde convive con su hermana, su papá, su esposa y su hijo recién nacido. Él es parte del Programa de Movilidad Laboral del Ministerio de Relaciones Exteriores y que es apoyado por USAID.
Gracias a su viaje, logró ahorrar lo suficiente para tener una plantación de repollos en las cumbres de Las Pilas. “Esto es el plato fuerte de acá”, explica con respecto a la siembra de hortalizas en la zona norte del país. Actualmente tiene 33 mil plantas de repollo y, con lo que gane de este proceso, espera hacer una plantación grande de tomates.
Según dice, el tomate requiere un cuidado especial “tenemos que hacer algo parecido a un invernadero, es más inversión, pero también es más seguro para tener mejores resultados”. Desde su experiencia, ha tenido temporadas buenas y temporadas malas “uno juega también con la suerte” y espera que este año sea bueno para toda su familia.
Pero también tiene en mente volver a Estados Unidos, como parte de la migración circular promovida desde Cancillería, donde se cubren las necesidades de empleo en ese país, por períodos cortos, y posteriormente regresa a El Salvador a reinsertarse en sus actividades.
“En Estados Unidos se gana bien, pero mi sueño es acá, en estas tierras de Chalatenango, donde nací”, su experiencia en el trabajo fuera de las fronteras ha sido satisfactoria, dice que incluso ha aprendido algo de inglés y ha logrado conocer a personas muy diferentes a él.
Durante su estadía estuvo destacado en Virginia donde sus compañeros, en son de broma, decían, “el de Las Pilas no ha de sentir frío”, pero admite que es un frío diferente “se siente que le cala a uno en los huesos”.
Marcos tiene muchos planes para su futuro, si los tomates ya están sembrados para cuando lo vuelvan a llamar a trabajar fuera del país, estos se quedan a cargo de su papá y sus compañeros de siembra.
“Para el tomate sí ya espero tener por lo menos a 5 con empleo formal que estén todo el tiempo acá”, comenta. Con los repollos también ha generado empleo para su comunidad, al menos 4 personas han participado en el proceso y le ayudarán a cosechar las 33 mil plantas que luego comercializará en “La Tiendona”.
“Es una bonita experiencia viajar porque allá aprendí otras cosas que son diferentes a las que hago acá. Allá ayudábamos a montar ´carpas´ para eventos, y también anduve en plantaciones de manzanas fumigando”, comenta.
Para él su futuro está en El Salvador y también cree que esta oportunidad debe ser aprovechada por otros jóvenes y que, como lo hizo él, es importante tener la costumbre del ahorro.
“Muchas cosas se pueden lograr, ayudar a la familia, ayudar a la comunidad y cumplir los sueños en lo que cada uno es bueno”.
Marcos pudo estar presente en el nacimiento de su hijo, “Casi que llegando y salimos corriendo para el hospital”, recuerda, pero él es consciente de que si hubiera realizado su ruta de manera irregular, no habría tenido esta opción.
“Yo le agradezco mucho al Ministerio de Relaciones Exteriores por todo el apoyo y espero que mucha más gente también pueda aprovechar esta oportunidad”, dice, con la satisfacción del trabajo realizado, y la esperanza de muchas cosas buenas por venir.
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