Generar más oportunidades de desarrollo para que los salvadoreños realicen sus proyectos de vida en sus territorios de origen es una prioridad para el Gobierno del Presidente Nayib Bukele.
Bajo esta perspectiva, el Ministerio de Relaciones Exteriores concluyó, recientemente, los cursos de panadería, colocación de pestañas, manicure, pedicure y uñas acrílicas, dirigidos a mujeres migrantes retornadas, iniciativas enmarcadas en el Programa “Transformando Vidas”.
Estos cursos formativos fueron realizados en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Local, Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP), Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Las 45 beneficiadas, originarias de San Martín, San Salvador y Santa Ana y de otras ciudades aledañas, accedieron a formación especializada que les permitirá elevar sus capacidades, así como instalar sus propios proyectos de emprendimiento.
Wendy Quintanilla, de Soyapango, por ejemplo, conoció más sobre la técnica de colocación de pestañas, algo que le ha generado el deseo por aprender más y ampliar sus conocimientos en esta rama del estilismo.
“No sabía nada sobre esto, pero he aprendido de esta técnica que es difícil, se ve fácil, pero no es así, porque es de mucho cuidado y paciencia”, comentó Quintanilla, una salvadoreña que intentó migrar de manera irregular, pero que ahora está convencida en sacar adelante a su familia en su lugar de origen.
“Yo emigré, no se me dio y ahora estoy de regreso, Dios sabe las razones, pero lo importante es que estoy aquí, aprendiendo”, afirmó.
Wendy hizo un llamado a otros connacionales que han pasado por una situación similar a la de ella. “Migrar no es fácil, desde el momento de que uno sale de casa, le cambia la vida; pero lo mejor es buscar estos proyectos para capacitarse y aprender porque acá hay oportunidades. No hay necesidad de irse y correr riesgos”, manifestó.
Por su parte, la facilitadora, Roxana Guzmán, explicó que las alumnas han avanzado y han demostrado su interés por aprender este oficio que les permitirá desarrollarse en un centro de belleza o emprender su propio negocio. “Cada una de ellas es una historia y es muy gratificante poder ayudarlas a salir adelante. Yo sé que con esto tendrán una herramienta para salir adelante”, aseveró.
Entre tanto, Andrea González es otra retornada que ha aprovechado este espacio para aprender panadería. “Es un oficio que abre muchas puertas laborales y oportunidades personales como abrir un negocio propio”, comentó.
En tres semanas, junto a sus compañeras, ha logrado aprender hacer pan francés, pan dulce, de hamburguesas, pizzas y pan de especialidad con hierbas aromáticas.
Ahora Andrea está convencida que se puede empezar de nuevo y en su propia tierra. “Es de buscar las oportunidades. A veces nos estancamos y decimos que no hay trabajo, pero todo es de buscar e informarse”, añadió.
Asimismo, agradeció a la Cancillería, así como a las entidades que facilitaron estos cursos especializados que les permitirá reinsertarse a la vida productiva.
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