José Óscar Molina salió a Estados Unidos hace más de 30 años, desde el cantón Ocotillo, en Cacaopera, Morazán. El conflicto armado hizo que buscara un nuevo camino para desarrollarse, personal y profesionalmente.
En esa búsqueda, encontró el arte como vehículo de expresión, oficio que tuvo como influencia su madre, quien elaboraba artesanías, pequeñas esculturas de barro alusivas a la navidad.
A través del tiempo, Óscar mantuvo la inquietud de experimentar en las artes plásticas. Primero incursionó en la escultura y, posteriormente, en la pintura. “En los años 90, esa curiosidad me lleva a practicar las esculturas, pero descubrí que en las canvas o papel se me daba un poco mejor. Después de un tiempo, comencé a leer acerca de otros artistas que influyeron en un principio”, comenta el pintor.
En sus inicios también desconocía el idioma inglés, pero eso no fue barrera para continuar con su deseo de aprender más sobre arte. Fue así como en su proceso formativo fue influenciado por las líneas y formas geométricas.
En sus primeros años en Estados Unidos desarrolló trabajos de jardinería, no obstante, luego tomó la decisión de dedicarse a las artes por el resto de su vida.
Para fortalecer sus conocimientos, recibió formación de arquitectura, diseño de paisajes y dibujo. Asimismo, creó una firma de construcción, en colaboración con sus hermanos.
Dentro del proceso creativo del artista está el empleo de técnicas del acrílico y óleo. Afirma que estos materiales le permiten crear propuestas para comunicar una serie de temas y emociones.
Sobre su oficio y obra afirma estar “agradecido de no haber tomado otra dirección que las artes y sus formas de expresión”. “Me ha ayudado a liberar todas las cosas malas de mi cuerpo y mente. El camino llegó a su fin. La vida era toda oscura y gris, pero gracias a la pintura me encontré coloreando mis propios caminos nuevamente “, añade.
Desde el pasado 29 de octubre, Molina expone en la Embajada de El Salvador en Washington, DC, la muestra denominada “Retrospectiva”, la cual reúne 39 piezas de pequeño y mediano formato que reúne una selección de las series Children of the World, Stages of love, Tulips Collection y Values & Principles Collection.
De acuerdo al curador de la exhibición, Romeo Galdámez, “el artista plasma desde sus reminiscencias y entorno identitario en su país de origen, su tránsito migratorio, hasta la asimilación de referentes estéticos y signos artísticos cosmopolitas ya como ciudadano estadounidense”.
De igual manera, el experto en la materia afirma que en la serie “Stages of Love”, hay una marcada influencia del pintor francés Henri Matisse, a quien el artista salvadoreño manifiesta su total admiración.
Molina ha expuesto “Letras y Colores”, en el Museo Nacional de Antropología “Dr. David J. Guzmán” en el 2015; galerías en Long Island y en Southampton Art Center, un prestigioso lugar en Southampton, Nueva York, entre otros.
Para conocer más la obra de Óscar Molina, se puede consultar el sitio web www.omolina.com
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